En casi todas las empresas hay empleados “lamebotas”, tanto subalternos como jefes que hacen cualquier cosa con tal de quedar bien con sus superiores, y pueden llegar a ser o no productivos, dependiendo de las circunstancias y la óptica con que se vea.
Así como pueden ser nocivos, también pueden aportar a las compañías al emprender acciones que impliquen crecimiento motivados por el deseo de ascender.
Hay “lamebotas” utilizan diferentes estrategias, unos pueden asumir conductas poco éticas como emplear el tiempo a proyectar una imagen que no corresponde a sus capacidades, sin embargo, hay otros que muestran sus potencialidades y las utilizan para el desarrollo de las empresas logrando llegar a ser jefes.
Son empleados socialmente hábiles a veces mentirosos, otras veces exagerados que para algunos jefes o superiores pueden ser útiles al demostrar su lealtad.
Los “lamebotas” se convierten en “encubridores” y tienen ventajas frente a los demás compañeros de trabajo, situación que puede cambiar cuando hay movimientos de personal.
Así como pueden conservar su puesto, pueden llegar a perderlo dependiendo el favoritismo que logren alcanzar.
En el libro se presenta un enfoque dual del “lamebotas” que es productivo y el que no es productivo laboralmente, además, se presenta una encuesta para conocer más de cerca sobre el tema y una serie de tipologías sobre los “lamebotas” subalternos y los “lamebotas” jefes.