Si bien el corazón es el órgano central de la circulación de la sangre; culturalmente se puede definir de una manera diferente. Regularmente hacemos uso de la palabra para hacer referencia a los sentimientos y emociones, se entiende que es la parte de nuestro cuerpo que las genera y alberga. Asimismo, vemos cómo Dios, a través de su palabra, hace uso de este término para referirse al corazón como el asiento de las actitudes, emociones y la inteligencia, de donde proceden nuestros sentimientos, emociones y motivaciones.
Como vemos, la Biblia presenta una connotación más amplia del corazón. Este es lo que se halla en el interior; es realmente lo que somos, lo que pensamos, es todo aquello que nuestro ser anhela.
Podemos decir, entonces, que el corazón está ligado a la concupiscencia y a la mente e influye de manera significativa en nosotros. Así, podemos verlo actuar activamente en:
"Cuando el corazón me falla" es un estudio profundo del corazón invisible del alma. Este pretende escudriñar lo más profundo de nuestros pensamientos y así descubrir las intenciones ocultas del corazón.