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…dejó todo en el piso, cogió las señalizaciones y una por una, las fue colocando en la pista detrás del carro, caminó unos pasos para recoger las herramientas, cuando de pronto sintió que alguien estaba parado detrás de él, de inmediato se dio la vuelta, solo sintió un golpe en la cara, cayó bruscamente al piso, Laura comenzó a gritar mientras era traída junto a él.
Eran dos hombres con armas calibre 38. Ya perdiste flaco, habló el delincuente, apuntándolo con el revólver. El otro ratero sujetaba con fuerza a Laura, ella gritaba, y ningún carro pasaba por el túnel, la tiró al piso, los dos se miraban. Tú apuntalo bien y si se mueve lo matas. Le dijo al que apuntaba a Arturo. No te muevas mierda, habló.
Laura yacía en el piso tirada cuando el ratero se abalanzó encima de ella, como una fiera, la comenzó…
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Cuando de pronto se dio la vuelta asustada, preocupada, miró que alguien venía atrás, se detuvo a verlo y el hombre también se detuvo, ella lo miró con miedo, no podía distinguir bien su rostro. Se dio la vuelta, caminó aún más rápido, sentía el viento en su rostro, escuchaba el cantar del rio, estaba agitada. Pensó que era algún vecino que venía, así que se tranquilizó, miró atrás una vez más, y el hombre también se detuvo, pero ahora estaba ya más cerca de ella, comprendió que no lo conocía, entonces Avi desesperada saltó los charcos de agua, tiró su lonchera, que le pesaba, corrió tan rápido como pudo, pero se cansó y…