No existe sentimiento más fuerte que la desesperanza. ¿O sí? ¿Cuál es la puerta que nos permite salir de un mundo oscuro y sin soluciones? ¿Dónde está el teléfono para conectar del otro lado con un mundo al que nos aferramos para sobrevivir?
Peor es morirse es una forma de adaptarse, acomodar el cerebro a un momento en que todo ha dejado de funcionar. Relatos que tienen como trasfondo, en gran medida, el desencanto por el exilio, donde la vida permanece con un anhelado sueño cumplido, pero donde aún falta la felicidad.
Desencanto, amores no correspondidos o desechados, vidas que se determinan al azar o por voluntad. Todo es posible en estos furtivos momentos de varias vidas que Yomar Glez nos susurra para recordarnos que el mundo es ancho y difícil, pero soportable.